kha y c. 2. las palabras siempre las hicieron fuertes.

lunes, 13 de enero de 2014

N.C.

El hombre de negro vive en mis dedos, marcados como una vaca muerta: no hay pasto si no queda cuerpo, no hay agua si no queda lengua.

El hombre de negro lee la Biblia, porque los viejos necesitan el consuelo del sudor ajeno, conocer éxodos y almohadas que arden, y castigos y plegarias contra los que arden, y castigos y plegarias contra los castigos.

El hombre de negro dejó muescas en algunos árboles. Y nunca le mostré la navaja que escondo en el bolso: una hoja inocente que sólo ha rebanado pieles de manzana y cortezas de pan... ¿En qué tronco tallo nuestras iniciales? ¿en qué dosel dejo la muestra de mis intentos, mis intentos, mis intentos?...

"Canta triste", te dije... Nunca le dijeron eso al hombre de negro, nunca lo ha necesitado. Eso le distingue, eso le ennoblece: dos palabras, dos muescas de aire para la piel.

La música golpea sus rodillas, posee mi pecho. Y tú... a mi lado, momentáneo.

Y él, siempre él.




sábado, 14 de diciembre de 2013

deja

Como estoy sin voz, deja que hablen las canciones.

Como estoy sin entender, déjame atontada en la marea, nave sin mando.

Como estoy sin piel, deja que hablen los ojos.

Como estoy en blanco, déjame luz, déjame sol.

Como estoy débil, déjame a dieta, saciada con agua.

Como estoy sin voz, repito, deja que hablen las canciones.

martes, 19 de noviembre de 2013

playas distintas

Nuestros relojes descompasados como
granos de arena de playas distintas,
nuestras manos sin manos,
nuestras noches sin noches...

Habitamos dos tiempos,
dos lunas,
dos pañuelos de asfalto,
dos sábanas de,
sí, permíteme la palabra manida,
sollozos...

Y, sin embargo, no es sólo ausencia lo que llevo cuando no llegas,
nunca hay eclipse en los ojos desde que estás conmigo

miércoles, 6 de noviembre de 2013

si quieres

Si quieres confesarme, yo me dejo:
mis pecados, uno tras otro, serán el confeti de tu fiesta.
Si quieres romperme, yo me dejo:
mis huesos, caleados, dispondrán para ti una calzada.
Si quieres tocarme, yo me dejo:
mi edad, mis fracasos, mis páginas bien escritas, se esconderán en el dobladillo de tus pantalones.
Si quieres instruirme, yo me dejo:
mis ojos, sin pestañear, aceptarán la lección del porvenir.
Si quieres beberme, yo me dejo:
mis licores, sin hielo, derramarán cada instante sobre tus brazos.
Si quieres fanatizarme, yo me dejo:
nadaré sin agua, sumaré restando.
Si quieres besarme, yo me dejo:
nos esconderemos de los mirones.
Si quieres amarme, yo me dejo:
seré tu espejo

martes, 5 de noviembre de 2013

huesped

tratemos de entender síntomas y garabatos, la revelación, acomódate en
esta repisa de roca, descansa, deja que los cigarros quemen los labios,
consumido, suspirante, dame la mano.

remendar la vida no es posible, sostienen ellos, miserables, pisando
calendarios, fugados de una cárcel para entrar en la
mazmorra, remendar no es solución, dicen...

¿qué les digo, muda como estoy en la emoción de descubrirte?, quiero
hablar en vertientes de montañas y praderas de callejones, repetir el
instante que es cada instante, mantenerte.

hablar de ti como el agua habla del río y el humo de la consumación,
como las estaciones hablan de manos de hierro y guías de alojamiento,
como la hierba vapuleada por la lluvia habla del llanto y la vida
secreta de las canciones... hablar de ti, a voz en grito.

llegamos cansados porque quise arroparte todas las noches, porque hemos aprendido poco a poco a dominar el lenguaje de los signos, porque no hay un maldito día que pase sin preguntarme qué saben tus labios, no hay día que pase sin que tenga la necesidad de responder a esa pregunta.

"carpe diem", me dijiste sin pensar, tal vez, que ese momento eras tú  
y me preocupa que todo esto, se convierta en en esa saudade peligrosa de la que tantas veces hemos oído hablar.

esta soledad, está llena de ti, 
ahora,
huésped único de un cobijo donde sólo vivo yo

soy



soy esclusa cerrada
soy el olor a gas en tus 
sueños
soy el canto agónico 
de la guitarra.

afilando un lápiz con navaja

yo te imprimo, clandestino, como versículo de certeza
rascando la seborrea de habitaciones tristes

como afilando un lápiz con navaja

yo te desvelo, clave, cuando lo que realmente necesito
es un par de rodilleras para este acabado pantalón

como negociando precio para las vacaciones

yo te enmarco, desastroso, con naturalidad de principiante
llevándote taladrado en las cejas

como reconociendo cada animal en cada acto

yo te disparo, víctima, para prolongar la vida
pintando con los dedos el código penal

como descendiendo la pasarela de la piel

yo te tallo, arista, en el cristal de los charcos
mientras escucho canciones para condimentar el guiso

como atando el caballo a una hogaza de pan

yo te instalo, confidente, como una antena
y llamamos desgraciado a dios

como fregando el suelo con bombones

yo te redacto, demente, como una encíclica
bebiendo el refresco de tu pelo rizado

como matando a palos a los insectos

yo te gano, tenista, en el torneo contra las biografías
porque repinto alas en tu espalda

como negándose a sufrir a Kant